lunes, 10 de diciembre de 2012

Proteínas


Una considerable cantidad de investigaciones han evaluado las necesidades proteicas en las dietas de los atletas. Aunque existe cierto debate, la mayoría de los estudios indican que con el propósito de mantener el balance proteico durante el ejercicio de sobrecarga y/o ejercicios de resistencia, los atletas deberían ingerir aproximadamente 1.3 a 1.8 gramos de proteínas por kg de masa corporal por día (Butterfield, 1991; Lemon, 1998; Kreider et al., 1993; Kreider, 1999). Los atletas que entrenan en la altura podrían necesitar tanto como 2.2 gramos de proteínas por día con el propósito de mantener el equilibrio proteico (Butterfield, 1991). Esta ingesta proteica es casi 1.5 a 2 veces la recomendación dietética diaria (RDA) para los adultos normales. La mayoría de las veces una dieta iso - calórica puede proporcionar la cantidad requerida de proteínas, pero los atletas que mantengan dietas hipo – calóricas, no ingieren suficientes proteínas de calidad en su dieta, y/o entrenan en la altura, pueden ser susceptibles de malnutrición proteica (Kreider, 1999). En teoría, este estado puede enlentecer el crecimiento de los tejidos y/o la recuperación del entrenamiento. Por otro lado, ingerir mas proteínas de las necesarias para mantener el equilibrio proteico durante el entrenamiento (e.g., > 1.8 g/kg/día) no promoverá mayores ganancias en la fuerza o en la masa libre de grasa (Lemon et al., 1992; Tarnopolsky et al., 1992). Estos hallazgos indican que los atletas no necesitan suplementar sus dietas normales con proteínas, los atletas deberían ingerir proteínas de calidad suficiente para mantener el equilibrio proteico.187.134.90.252

Más recientemente, ha habido un interés en determinar los efectos las respuestas hormonales al ejercicio de las ingesta pre y post ejercicio con carbohidratos y proteínas (Cade et al., 1992; Chandler et al., 1994; Roy and Tarnopolsky, 1998; Tarnopolsky et al., 1997; Zawadzki et al., 1992). Se ha reportado que la ingesta de carbohidratos y proteínas incrementa los niveles de insulina y/o de la hormona de crecimiento a un mayor grado que la ingestión de carbohidratos por si sola (Chandler et al, 1994, Zawadzki et al, 1992). Consecuentemente, la ingesta de proteínas y carbohidratos previo al ejercicio puede servir como una estrategia nutricional anti catabólica (Carli et al, 1992). Además, la ingesta de carbohidratos y proteínas luego del ejercicio puede promover un perfil hormonal mas anabólico, la síntesis de glucógeno, y/o acelerar la recuperación luego del ejercicio intenso (Roy y Tarnopolsky, 1998, Roy et al, 1997). Con el tiempo estas alteraciones le darán al atleta una mayor tolerancia al entrenamiento y/o promoverá mayores adaptaciones al mismo, sin embargo la evidencia aun no es clara. 187.1

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